La lactococosis en la trucha arco iris de piscifactoría representa una de las enfermedades más importantes en los países europeos y en todo el mundo, según las revisiones realizadas por Vendrell et al., 2006, Gibello et al., 2016, y Meyburg et al., 2017. A pesar del número significativo de trabajos dedicados al estudio del impacto de la lactococosis, la biología del agente causal y el control de la enfermedad por vacunación, no hay una información totalmente exhaustiva sobre la respuesta de la trucha arco iris - en términos de inmunidad e inflamación - frente a la infección de este patógeno tanto en condiciones naturales como experimentales.
La infección por L. garvieae se caracteriza por una septicemia hemorrágica hiperaguda provocada por adhesinas y toxinas bacterianas que muestran una acción citotóxica en diferentes órganos (Avci et al., 2014; Ture y Altinok, 2016; Eraclio et al., 2018), y la cápsula de polisacárido ha sido ampliamente descrita como un factor bacteriano importante involucrado en la evasión de la respuesta inmune del huésped (Vendrell et al., 2006).
La patogenia de la lactococosis en la trucha arco iris ha sido descrita por Avci et al. (2014) gracias a un estudio de infección experimental por inmersión donde se intentaba reproducir lo que sucede en los brotes naturales de la enfermedad. El experimento provocó la mortalidad de los peces infectados dentro de las 3 primeras semanas. La presencia de bacterias se detectó en primer lugar en los ojos y las branquias, destacando la posibilidad de que estas sean las principales vías de entrada de la bacteria en el huésped. Posteriormente, las bacterias colonizaron también otros órganos internos, siendo detectables entre las células pero también internamente en los macrófagos. Estas células, la mayoría de bazo y el riñón, parecen tener un papel clave en la diseminación del patógeno, así como en el mantenimiento de los peces como reservorios (Vendrell et al., 2006).
En los brotes de campo, a menudo se observan lesiones en el área ocular consistentes en una extensa fibroplasia con infiltración de células inflamatorias. Asimismo, se ha observado una panoftalmitis hemorrágica, con destrucción de las cámaras anterior y posterior del ojo e inflamación de la grasa retrobulbar y del músculo estriado. En el cerebro, se observan lesiones en las meninges, caracterizadas por fibroplasia e infiltraciones de macrófagos/linfocitos. Los peces afectados suelen presentar meningitis aguda, consistente en exudados que recubren la superficie del cerebro. En el corazón, las lesiones están representadas por fibroplasias e infiltración de macrófagos/linfocitos en el pericardio. En el riñón, el epitelio de los túbulos renales tiene un depósito de gotitas hialinas y cilindros hialinos en la luz. Los peces sufren una peritonitis severa con necrosis grasa. El intestino presenta extensas erosiones superficiales con formación de pseudomembranas (Eldar y Ghittino, 1999, Chang et al., 2002). Castro y col. (2019) observaron además que los individuos infectados experimentalmente (IP) que muestran signos clínicos de lactococosis a las 72 h posteriores a la infección pueden presentar una respuesta inflamatoria severa en el bazo, que también se correlacionada con lesiones granulomatosas. La respuesta en el riñón es similar a la del bazo, y la mayoría de las regulaciones genéticas también son coherentes. De hecho, un análisis biomolecular destacó la regulación positiva de los genes que intervienen el reclutamiento de macrófagos y neutrófilos en estos tejidos. Además, la presencia de células B del bazo que sintetizan las clases de anticuerpos IgM e IgT confirmó la activación de un mecanismo inmunitario adaptativo como respuesta a una infección sistémica. Basado en otro estudio reciente, la interacción de L. garvieae con el sistema inmunológico de la trucha arco iris promueve también, después de 24 h, la expresión de los genes cath‐1 y cath‐2, que son un amplio grupo de péptidos con espectro antimicrobiano involucrados en el sistema inmunológico innato de defensa (Furlan et al., 2018).
Existe poca información sobre el papel directo o indirecto de los anticuerpos de la trucha arco iris frente a L. garvieae, dado que la respuesta de los anticuerpos ha sido estudiada principalmente en respuesta a la vacunación contra lactococosis y no tras una infección espontánea o experimental en la trucha arco iris. Sabemos que las cepas encapsuladas son más resistentes a la muerte por suero de trucha (mediada por complemento y anticuerpos naturales) y que la fagocitosis in vitro de L. garvieae por los macrófagos de trucha es más efectiva en presencia de anticuerpos específicos (Barnes et al., 2002 a y b). En un artículo reciente se describe la respuesta de la trucha arco iris a la lactococosis en dos líneas de peces seleccionadas en función de su resistencia/susceptibilidad a la infección bacteriana. A los 5 días posteriores a la infección, las truchas resistentes mostraron un aumento significativo de la actividad de la lisozima sérica y actividad de estallido respiratorio de los leucocitos en comparación con las truchas susceptibles. El grupo resistente mostró también una regulación positiva de las inmunoglobulinas M, el complejo mayor de histocompatibilidad II y la expresión del gen de la interleuquina 8, así como un mayor recuento de linfocitos en sangre, destacando su potencial capacidad para desencadenar el reclutamiento de células defensivas y el inicio de una respuesta inmune específica (Bulfon et al., 2020).
La lista bibliográfica completa se puede proporcionar a pedido.
